Avanzar por las abarrotadas calles del centro de la ciudad es complicado. Las personas inundan las avenidas y se mueven en todas direcciones. Muchas veces no podemos siquiera caminar en línea recta: tenemos que realizar diagonales, fintas y pedir paso para conseguir llegar a nuestro destino. ¿Te imaginas tener que esquivar también un montón de robots de mensajería urgente?
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Primeros pasos hacia el uso de robots
En uno de nuestros posts anteriores hablamos sobre el uso de los drones para ayudar a los servicios de mensajería urgente a realizar envíos con tiempos de entrega inigualables. Sin embargo, el uso de robots terrestres es también uno de los canales donde más dinero se invierte en investigación. Y con tanta investigación, no han tardado en llegar ya las primeras pruebas piloto del uso de robots en servicios de mensajería urgente.
La Start-up Dispatch ha estado ya testeando posibles envíos urgentes en áreas urbanas congestionadas, y sus robots han sido sorprendidos “aprendiéndose” las calles, recorriéndolas a plena luz del día. Tras las pruebas, Carry (así se llama el robot) parece estar listo para empezar a enviar paquetes de mensajería urgente. ¿Es algo anecdótico o el inicio de una revolución?
La última milla en los servicios de mensajería urgente
Hemos hablado ya sobre cómo la mensajería urgente libra su batalla más importante en la denominada “última milla”. Aquí es donde los servicios de mensajería urgente demuestran su eficiencia para llegar de la manera más ágil posible a la destinación final. La tendencia de usar vehículos que permitan flexibilidad en esta última milla, especialmente en centros urbanos congestionados, es creciente. Las motos y las bicicletas aligeran estos últimos tramos. Ahora los robots se suman como una nueva alternativa. Su capacidad para moverse por la acera les convierte en el paradigma de la adaptabilidad para los servicios de mensajería urgente: son lo más similar a un mensajero físico.
Problemas para la implementación
El uso de los robots en los servicios de mensajería urgente se enfrenta a varios factores en su contra. En primer lugar existe el problema de asegurar la seguridad de los contenidos que trasladan. Los distintos prototipos desarrollados cuentan con blindajes muy avanzados, aunque es evidente que hasta que no se pongan en marcha, no se sabrá la frecuencia de los asaltos a estos mensajeros.
También se ha detectado, en las ciudades que han empezado a testear esta posibilidad, un fuerte rechazo de los peatones a estos pequeños mensajeros.
“Las calles son para las personas”. Los habitantes de San Francisco expresaban su descontento de este modo cuando Marble, una Startup con intenciones similares a Dispatch, testeó sus robots en sus calles. En este caso, se trataba de envíos urgentes de comida a domicilio. Pese a su reducido tamaño y su cuidado para evitar los choques con las personas, su presencia incómoda a los transeúntes.
Otro de los factores limitantes para el uso de los robots en los envíos de mensajería urgente es la autonomía de la batería de estos robots. De momento, los envíos son capaces de cubrir poco más de 3 kilómetros, lo que se traduce a unas 2 millas. Es por eso que sólo se contempla el uso de los robots para la ultima milla de los servicios de mensajería urgente.